lunes, 23 de abril de 2018

Microbiota Intestinal, el órgano desconocido


La microbiota intestinal, o flora intestinal, es un mundo microscópico viviente, es tal su importancia, que actualmente es considerado por algunos científicos como un órgano más del cuerpo humano.
Se compone de aproximadamente 100 billones de células, representa 2 kg de peso de un hombre adulto y corresponde al 90% de las células que habitan el intestino humano, (el restante 10% son las células intestinales nuestras).
Estos microorganismos, no solamente no son dañinos, sino que son necesarios para la buena salud del individuo.

Cumplen dos funciones específicas:
1. Función metabólica: Ayudar a regular el suministro de energía y nutrimientos de nuestro organismo, ya que varias vitaminas no son producidas por nuestro cuerpo, ni tampoco son incorporadas directamente en forma de nutrientes, sino que son fabricadas por la microbiota intestinal. Un ejemplo de esto es la vitamina K, los recién nacidos al nacer con un intestino libre de bacterias, no son capaces de producir esta vitamina y hay que inyectarla al nacer.
2. Función Inmunológica: Las bacterias metabolizan las fibras en acetato, butirato y propionato, que son precursores para la generación de energía, con el consecuente funcionamiento adecuado del sistema inmune y buena oxigenación cerebral.

La comunidad de microbios intestinales es única para cada individuo, pero es extremadamente sensible a las condiciones ambientales y a los hábitos alimenticios de cada persona, así pues, en el momento del parto, la vagina está dominada por lactobacilos que colonizan el intestino del recién nacido, en contraste los bebés nacidos por cesárea, suelen mostrar comunidades microbianas asociadas a la piel.

Dicho esto, hay estudios que demuestran la profunda relación que existe entre la microbiota intestinal, la buena salud mental, el buen funcionamiento inmunológico, a partir del nacimiento y hasta la adultez.

En este orden de ideas, la mala alimentación cambia la microbiota intestinal en forma negativa en vez de ser una fuente de defensas y de nutrientes, se convierten en una fuente de toxicidad y formadores de anticuerpos contra el mismo organismo.

Por ende, la mala alimentación deteriora la microbiota intestinal y expone a las personas a enfermedades metabólicas, como la obesidad, hipertensión, dislipidemias, diabetes mellitus; enfermedades inmunológicas, como el lupus, artritis reumatoide; y enfermedades mentales como el autismo, trastorno de déficit de atención y la depresión.

La lactancia materna es un factor fundamental para proveer al recién nacido de la microbiota adecuada.

El uso indiscriminado de antibióticos y medicamentos llamados Inhibidores de la bomba de protones IBP (omeprazol, esomeprazol, lansoprazol etc) tienden a eliminar las bacterias beneficiosas y crean oportunidades para que los patógenos proliferen. Los alimentos procesados y con alto contenido de azúcar también alteran la microbiota intestinal.

Por el contrario, hay alimentos que generan una microbiota sana: alimentos fermentados como el yogurt, el tofu, los frutos secos, las verduras, las frutas frescas, cacao oscuro, licores sin alcohol y complementos de fibra, y probióticos con más de 7 billones de UFC (Unidades formadoras de Colonias). Alimentos que puedes conseguir en Alimentarte, Calle 18 # 11A-39 Balmoral, Fusagasugá

Para mayor información consultar: http://alimentartesas.blogspot.com.co
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(1) http://www.gutmicrobiotaforhealth.com/es/la-microbiota-intestinal-el-organo-desconocido-que-nos-mantiene-sanos/
(2) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed?term=%22Nutrition+in+clinical+practice+%3A+official+publication+of+the+American+Society+for+Parenteral+and+Enteral+Nutrition%22%5BJour%5D+AND+2012%5Bpdat%5D+AND+Krajmalnik+Brown%5Bauthor%5D&cmd=detailssearch


ANDRÉS NARANJO CUÉLLAR
Médico y Cirujano (USCO – Colombia)
Máster en Marketing Farmacéutico (UNED – España)
MBA (AISM – USA)